Interesante artículo publicado en el EL PAÍS DIGITAL con un ilustrativo y orientativo cuadro de las lecturas de nuestros hijos.
Libros por edades
Sean los alumnos de la nacionalidad que sean, las recomendaciones para escoger un libro y conquistar lectores son básicamente las mismas.
Hasta los 18 meses. Predominio de libros ilustrados, coloristas y estimulantes. Favorecerán la interacción niño/adulto. Imágenes de objetos familiares permiten conectar al niño el mundo impreso con el real. De materiales resistentes con bordes redondeados. Se incluirán sonidos y un tacto cálido y variado.
De 18 meses a 3 años. Ilustraciones sugerentes y fotos para mirar y hablar. Poesías, canciones y juegos acumulativos para repetir. Textos mínimos apoyados en pequeñas historias narradas en imágenes o pictogramas o historias para ocasiones especiales (cambio de pañales a orinal o nacimiento de un hermanito).
De 3 a 5 años. Historias expresadas con sencillez, no por ello triviales ni pobres. Debe hablarse con los niños de casi todo, aunque es importante cuidar la forma para que escuchen sin perder la atención.
De 6 a 8 años. Historias de animales domésticos que hablan, cuentos maravillosos, máquinas personificadas, ambiente familiar y humor. Evitar reflexiones que el niño no pueda entender, la crueldad, el terror y el sentimentalismo. Estilo directo, diálogos frecuentes y desenlace rápido y feliz. No muy largos, comprensibles y convincentes. Impregnados de alegría y buen humor. Y atractivos visualmente.
De 9 a 11 años. Personajes con problemas como los suyos y las aventuras de pandillas en las que se proyecta. Misterio, cuentos fantásticos y clásicos; pueblos lejanos, humor, inventos o ciencia. Hay que evitar moralejas. Debe haber acción, ambiente y caracteres vigorosos y dinámicos. No deben dejar en el niño dudas irresolubles. Ilustraciones acordes al texto.
A partir de los 11 años. Se inicia el desarrollo de la conciencia social. Argumentos con problemas humanos y/o lecturas intimistas con acción y aventura.
Desde los 14 años. Se perfilan los itinerarios individuales de lectura que el joven jalona de aquellos libros que le permitan reafirmar su personalidad. El adolescente necesita modelos, espejos, en los que reflejarse. En la narrativa buscará soluciones a sus conflictos y respuestas a sus anhelos e interrogantes. Los temas problemáticos (drogas, paro, sexo, delincuencia) son un tabú para su entorno familiar y por eso bucea en busca de novelas que traten estas situaciones.
De Kepa Osoro para la Fundación Sánchez-Ruipérez.
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PD.- Pinchando arriba en EL PAÍS DIGITAL o aquí podéis acceder al artículo completo.
2 comentarios:
Muy interesante y orientativo, especialmente para incluir algo de ello en la carta a los Reyes
Muchas gracias por tu artículo, muy interesante.
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